En el fondo del valle
hay un pueblo dormido.
Nadie cruza las calles
ni viene de camino.
Bajo la higuera seca
un colunpio vacio.
Ya no hay perro que ladre
ni raton persequido.
Ya los gallos no anuncian
con su canto el amanecer,
porque a nadie le importa
que haya o no amanecido.
Pasa el tiempo de largo
como el agua del rio.
Teje y teje la araña
su gran red , hilo a hilo.
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